viernes, 26 de octubre de 2007

Refranes

En general es sabido que el enunciado del conocido refrán "mal de mucho consuelo de todos", otrora rezaba "tontos" por "todos". Este pequeño cambio permitió mantener en gran parte el contenido aleccionador del mismo, a su vez que disminuía el tormento de aquel a quien se refería.
No tan conocido es un hecho similar que se encuentra al bucear un poco en la historia. "La realidad supera la ficción"tiene origen aparentemente en un hecho que tuvo como protagonista a el (quizás) antepasado de un conocido, y actual, periodista argentino.
A mediados del siglo XVII se presentó en florencia una obra de teatro en la que el protagonista editaba un pasquín que gana fama al publicar noticias sensacionalistas; las que no tenían otra intención más que descubrir las pequeñas o grandes miserias de los personajes públicos. No pasó mucho tiempo hasta que se relacionara este personaje con el periodista de carne y hueso Giorgio Riali, quién por ese entonces escribía una columna en el periódico regional. "La Rialidad supera la ficción", es entonces, la forma primogenia de esta popular máxima.

Cosas que se piensan cuando se tiene hambre

Tengo la impresión, y corríjanme si estoy equivocado, que la cantidad, en proporción, de hombres que de motus propio y para consumo personal, compran salamines, es muy mucho mayor que la de mujeres.
Nunca escuché a una integrante de la mitad femenina de la población decir
- ah!, ya que vas, comprá un salamín-, tampoco -ayer a la tarde me clavé medio salamín con un gancia-. Cuando mucho, alguna vez oí a mi madre - largá el salamín ese, que se lo compré a tu padre...-, pero nada más.
Por otro lado, a lo mejor no tengo la suficiente cantidad de amigas; que se yo.

Que buena pregunta, Mario

questasbuscando.blogspot.com

lunes, 22 de octubre de 2007

Actitud positiva

Alocución declarada en una película, por quien bien podría ser (dios no lo permita) un Ned Flanders de carne y hueso:
"Todo termina bien. Si no está bien es por que aún no terminó"

domingo, 21 de octubre de 2007

Bolsos valijas y trata de personas

Hubo una época en que el único gremio autorizado y capacitado para el transporte de bártulos de cualquier clase, fue uno compuesto casi en su totalidad por gente proveniente del africano país de Marruecos. Estos fibrosos y serviciales muchachos llevaban y traían los enseres y mercaderías con una solicitud que en general no se encontraba en los otros establecimientos del ramo. Particularmente se destacaban por la capacidad que demostraban acomodando los trastos de manera que ocupasen el menor espacio; bien podría decirse que su rendimiento en cuanto a número de viajes alcanzó los máximos niveles esperables.
Quizás lo único negativo que cabe señalar, es el hecho de que no era voluntaria la incorporación del personal a la empresa en cuestión. Una costumbre de por aquel entonces era que las personas se intercambiaran sin distinción del resto de las mercaderías. Comenzó a ser común que las familias acaudaladas poseyeran su propio marroquí.
Con el tiempo, y la incorporación de nuevas tecnologías, los cargadores dejaron de valerse solo de sus manos para realizar sus tareas, utilizando también lo que se llamó bolsos, valijas y arcones.
También con el tiempo dejó de ser bien visto, y comenzó a ser ilegal, el tráfico de personas, por lo que los negocios dedicados a proveer marroquíes sobrellevaron hasta estos días su existencia solo con la venta de aquellos dispositivos que antes fueron solo una producto secundaria.
De ahí las marroquinerías.

viernes, 19 de octubre de 2007

Ah!

Lotro día, durante una sesión completamente ordinaria de actividades frente a mi computadora, noto que la frase que seguía al seudónimo de uno de los contactos que se apilan sobre este, il mio escritorio era ,y cito, "Odi Profanum Vulgus".
Faaaa... latín- me dije.

Manifesto

Así como grandes faroles , luminarias, brújulas de la truope cultural han siempre sabido esgrimar las mas notables etimologias galimatiadas con admirable certeza ante las numerosas ocasiones en que una respuesta directa es lo solicitado por algun eventual interlocutor, somos también numeroso los que nos confesamos chamuyeros de orden menor, y que en similares encrucijadas solemos sorprendernos ante un resultado percetiblemente más humillante a lo que es dable esperar si se obra de manera semejante a aquellos , nuestros maxánimes referentes.
Pareciera evidente que los capos son capos y capos no somos todos.

Esa y otras tantas son la razones de aquello que de ahora en más , y por lo menos hasta que no me resulte de manera alguna gratificante, me dedicaré, en el transcurso de los azarosos momentos de ocio que pueblan el devenir de mis dias, a transcribir aquellas etimologías por completo apócrifas que se me ocurran para el deleite burlón de los que saben y el disfrute maravillado de los que no.

No se me ocurren razones para no invitarlos a ustedes, casuales y por seguro itinerantes lectores, a participar como se les ocurra conveniente.
Sin más; y muy atentamente
el pelao