sábado, 22 de marzo de 2008

la silla trágica

En general eran planas, sencillas y evidentes. Todas las obras que estaban expuestas no requerían un análisis más profundo que el que se hace mentalmente de manera inmediata al ver formas y colores. El grupo informe de gente que iba y venía por lo que parecía un circuito dibujado en el piso clasificaba por lo bajo a cada uno de los cuadros en no más de tres o cuatro categorías, quizás cinco: me gusta, no me gusta, genial, técnicamente correcto...
Al entrar a la galería, J le explicó a R, entre otras cosas, la disposición de las diferentes salas, y la distribución de las pinturas dentro de ellas. Como si las pinturas por sí mismas no lo hicieran, el administrador del local consideró oportuno acomodar los trabajos de acuerdo al movimiento artístico al que se podrían referir; sea impresionismo, realismo, vanguardismo, cubismo y demás. Este autor en particular quizás era talentoso, quizás no, pero nadie podría afirmar que pecase de falta de diversidad en ese aspecto.
J y R recorrieron los pasillos al igual que el resto de la multitud y reaccionaron ante las obras de no muy distinto modo. J tomó el lugar que le correspondía como profesor de dibujo al explicar una o dos cosas referentes a los juegos de luces al tiempo que R, como alumno, hacía preguntas.
En la mitad del recorrido, llegaron a una habitación por completo vacía salvo por un cuadro de un metro de alto por dos de ancho. Era un óleo de colores algo apagados, que representaba un mar un tanto agitado donde flotaba de lado un barril, sobre el que estaba de pie una silla a la que le faltaba una pata y entre las restantes una estaba doblada. Bajo la pintura, un pequeño cartel leía "La silla trágica".
Este solo cuadro justifica toda la exposición. Casi diría toda la carrera de este pintor - dijo J.
La verdad es que no termino de entender.... ¿Que sala es esta?,¿surrealismo?- pregunto R.
No, no. Esta es la sala de ejemplos prácticos. - contestó J, y entendiendo por la expresión de R que esta respuesta no hizo más que profundizar sus dudas, prosiguió. - El arte visual, el escrito, la música no son tan diferentes. Suele ser un medio que usa el autor para tratar de imprimir en un tercero un sentimiento, un significado... forzar un recuerdo o un estado emocional.
Este cuadro carece de valor como cuadro. Quiero decir, esta obra no esta pensada para que el público aprecie nada; fue concebida para demostrar que la eficacia de la pintura como medio comunicador está a la par del texto y viceversa.
Si alguien dice "silla", cada uno piensa en el concepto de silla. Todas las sillas son diferentes y sin embargo esa sola palabra las nombra a todas. El valor de esta palabra (y de el resto) reside en la capacidad de capturar un concepto. El concepto de "silla", su esencia, es ser algo que esté de pie y en lo que nos podamos sentar.
La esencia de la tragedia es que va a ocurrir. Es inevitable, inexorable. No se puede hacer nada al respecto.
Bueno, no se puede hacer nada por evitarlo, esa silla va a morir como tal. Se ve de pie pero, es inminente, va a caer.
No me gusta mucho- decidió R después de ver un rato la pintura con más detenimiento.
Muy lindo no es, pero es síntesis pura- dijo J y reemprendieron la marcha.