domingo, 21 de octubre de 2007

Bolsos valijas y trata de personas

Hubo una época en que el único gremio autorizado y capacitado para el transporte de bártulos de cualquier clase, fue uno compuesto casi en su totalidad por gente proveniente del africano país de Marruecos. Estos fibrosos y serviciales muchachos llevaban y traían los enseres y mercaderías con una solicitud que en general no se encontraba en los otros establecimientos del ramo. Particularmente se destacaban por la capacidad que demostraban acomodando los trastos de manera que ocupasen el menor espacio; bien podría decirse que su rendimiento en cuanto a número de viajes alcanzó los máximos niveles esperables.
Quizás lo único negativo que cabe señalar, es el hecho de que no era voluntaria la incorporación del personal a la empresa en cuestión. Una costumbre de por aquel entonces era que las personas se intercambiaran sin distinción del resto de las mercaderías. Comenzó a ser común que las familias acaudaladas poseyeran su propio marroquí.
Con el tiempo, y la incorporación de nuevas tecnologías, los cargadores dejaron de valerse solo de sus manos para realizar sus tareas, utilizando también lo que se llamó bolsos, valijas y arcones.
También con el tiempo dejó de ser bien visto, y comenzó a ser ilegal, el tráfico de personas, por lo que los negocios dedicados a proveer marroquíes sobrellevaron hasta estos días su existencia solo con la venta de aquellos dispositivos que antes fueron solo una producto secundaria.
De ahí las marroquinerías.